Algo que podría ser traumático para cualquier jovencita para ella fue una experiencia increible. Cuando su padre no estaba en casa siempre aparecía ese hombre, se había acostumbrado a verlo por ahí. Sabía que había algo entre él y su madre, pero nunca se imaginó pillarlos follando en el salón. Ese día tras verlos se quedó impactada, que bien se la estaba follando y cuanto disfrutaba su mamá.
Tras estar mirándolos un rato la mujer se percató de que su hija estaba ahí, por lo que la miró y le preguntó si quería unirse. Al principio se quedó un poco cortada, pero aun así se acercó a ese hombre y empezó a comerle la polla mientras la madura miraba. Ese tío también se la folló a ella, por lo que acabaron haciendo un trío ignorando por completo que el padre había vuelto y que estaba sentado en la habitación de al lado.
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