Al acabar la mujer estaba muy orgullosa de sus hijos, lo habían hecho muy bien. Pero al prinpio a los chicos les pareció algo bastante raro. Supuestamente la madura quería enseñarles algo así como una clase de educación sexual pero práctica. Sin embargo el hecho de que los tres estuvieran totalmente desnudos era extraño, y cuando ella le dijo a la jovencita que le comiera la polla a su hermano su boca se abrió de la sorpresa. No lo hizo, por lo que la madre se tumbó en la cama y tras abrirse de piernas le dijo al chico que se la metiera, todo ante la atenta mirada de la jovencita.
No podía creerse que su hermano se estuviera follando a su madre, pero aun podía creerse menos que aquello la estuviera poniendo tan cachonda. Al rato ella estaba masturbándose a su lado mientras les miraba, su madre era una gran folladora. Pero la chica se sentía preparada y se lo hizo saber, por lo que la madurita le cedió el sitio. Se sacó la polla del muchacho y fue la jovencita la que se sentó sobre él para que se la metiera. La madre observaba para ver como lo hacían, la verdad es que eran bastante buenos.
Los observó durante toda la follada hasta que el joven se corrió sobre las nalgas de la chica. Después la madre se acercó y les dio un beso en la mejilla a ambos, habían aprendido mucho y lo habían hecho bastante bien.
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