Es muy típico en ciertos barrios de nivel dar la bienvenida a los nuevos vecinos, y así lo entendió ella. La chica fue con una bandeja de galletas a ver a su vecino, un empresario maduro que vivía solo. El hombre le dio las gracias pero el dijo que se marchase, sin embargo la jovencita entró corriendo dentro de la casa y se sentó. Así pues el maduro suspiró resignado y fue a sentarse al lado de la cotilla de su vecina para ver que pretendía, pero no tardó mucho en descubrirlo.
La chica se acercó a él y comenzó a tocarle su paquete, el hombre estaba realmente sorprendido por su comportamiento puesto que apenas se conocían. Pero en cuanto le sacó la polla su cara de asombro lo decía todo, el tío la tenía bien grande, por lo que empezó a chupársela. Tras comerle la polla comenzó a desnudarse en el sofá y finalmente se quedó en pelotas para que él se comiera su coño. El maduro se lo chupó bastante bien y por último la penetró follándosela hasta que acabó corriéndose en su boca.
No cabe duda de que le encantó la bienvenida que le había dado la putita de su vecina.
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